martes, 24 de marzo de 2020

Conceptos básicos

El apego es un vínculo emocional intenso, único y mantenido en el tiempo que se desarrolla entre dos personas. Generalmente, se habla de este vínculo en el contexto de un niño y su cuidador principal, generalmente su madre. Su principal objetivo es la búsqueda de seguridad, protección y consuelo ante la presencia de una amenaza.

La teoría del apego fue desarrollada por los psicólogos John Bowlby y Mary Ainsworth en la década de los 60. Según las observaciones de estos dos investigadores, existen cuatro tipos de vínculos de apego que pueden aparecer entre el niño y sus cuidadores: Seguro, desorganizado, evitativo y ambivalente.

La creación de uno u otro tipo de vínculo dependerá principalmente de la conducta mostrada por el cuidador, aunque también influirán otros factores como el temperamento del niño o las circunstancias en las que se relacionen ambos. Cada uno de estos tipos de apego tiene unas características muy diferenciadas y fácilmente reconocibles.

El apego es un vínculo emocional que surge y experimenta notables cambios a lo largo de los primeros meses de vida, predice el ajuste del niño y su comportamiento futuro en los próximos años, e intenta favorecer la supervivencia y proporcionar seguridad emocional, produciendo autoconfianza, disminuyendo la ansiedad, desarrollando la personalidad...

El tipo de apego que desarrolle una persona en su infancia determinará en gran medida su personalidad en el futuro, así como el tipo de relaciones sentimentales que será capaz de formar durante su vida adulta. 

Apego seguro

Los bebés exploran el entorno en presencia de la figura de apego, y cuando la madre se va, muestran ansiedad, que desaparece cuando vuelve. Se reencuentran con la madre buscando el contacto y la proximidad para estar tranquilo. (Interacción recíproca).

Este apego facilita la exploración del entorno social, transmiten una conducta de reciprocidad, comprensión y empatía, favorece la autoestima, confianza, curiosidad, iniciativa y entusiasmo, y facilita que las interacciones sean más sincronizadas y menos conflictivas (más aceptación y éxito en las relaciones sociales).

Apego desorganizado

Niños desconcertados que se aproximan a la figura de apego con evitación, buscando primero la mirada y luego huyendo y evitando. Manifiestan movimientos incompletos o sin ningún  fin (ninguna meta). Conductas incoherentes, sobreprotección, reacción confusa, miedo y temor.

Este apego es poco hábil en competencia social (agresividad y aislamiento).

Apego evitativo

Escasa ansiedad ante la separación, ya que no tiene preferencia por la madre frente a los extraños, y evita (rechazo) a la madre en el reencuentro (se aleja o evita el contacto visual).

Este tipo de apego favorece la frustación y la inhibición (pasiva y aislamiento).

Apego ambivalente

Exploración mínimo en presencia de la madre, ansiedad de separación, comportamientos ambivalentes en el reencuentro (La busca y se opone a la vez). Incoherencia en las respuestas (apego y rechazo).

Este apego da a lugar comportamientos coléricos, agresivo y hostil.





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