Los estilos educativos.
Los estilos educativos son pautas y estrategias educativas que los padres emplean en las interacciones con los hijos.
Su objetivo es la socialización emocional y la socialización conductual.
Existen varios tipos de estilos educativos, y cada uno depende del nivel de afecto y exigencia que presente cada padre.
Democrático
Relación cálida, afectuosa pero firme y exigente.
Normas coherentes, explicando y negociando decisiones conjuntas. Control con razonamiento, anima a los hijos, estimula a los hijos para afrontar situaciones exigentes, dentro de sus posibilidades.
Hay acercamiento racional y respetuoso entre padres e hijos; los hijos tendrían conducta deseable, alta autoestima, competencia social, autocontrol y muchos valores sociales.
Afrontan situaciones con confianza.
Permisivo
Padres poco propensos a establecer normas, plantear exigencias o ejercer control sobre su conducta, adaptándose a la necesidad del niño. No piden esfuerzo y son poco exigentes; poco castigos, ausencia de control y aguantan los impulsos de los hijos.
A simple vista son los niños más alegres y vitales, pero son inmaduros y demandantes, incapaces de controlar sus impulsos y poco persistentes en sus tareas. No hay concentración ni esfuerzo.
Autoritarios
Padres|madres que no muestran afecto sus hijos, tienen poco en cuenta sus intereses o posibilidades.
Control, poder y normas impuestas y sin explicar.
Prohibiciones, castigos y amenazas para eliminar conductas y son exigentes.
Los niños tienen baja autoestima, poco autocontrol, mal comportamiento, obedientes y sumisos cuando les mandan y poco hábiles en la relaciones sociales. Conducta agresiva con la ausencia de control y alto nivel de frustración. Se ponen nerviosos si no tienen órdenes.
Indiferente/Negligente
Relaciones con frialdad y distanciamiento, escasa sensibilidad con las necesidades de los niños, ausencia de normas y exigencias y control excesivo no justificado e incoherente. No exigencia y poca implicación emocional.
Los niños tendrán problemas de falta de identidad, baja autoestima, inestabilidad psicológica emocional.
No acatan las normas, poco sensibles a las necesidades de los demás, vulnerables y dependientes y tienen o tendrán conflictos emocionales personales (son propensos).
Los estilos educativos son pautas y estrategias educativas que los padres emplean en las interacciones con los hijos.
Su objetivo es la socialización emocional y la socialización conductual.
Existen varios tipos de estilos educativos, y cada uno depende del nivel de afecto y exigencia que presente cada padre.
Democrático
Relación cálida, afectuosa pero firme y exigente.
Normas coherentes, explicando y negociando decisiones conjuntas. Control con razonamiento, anima a los hijos, estimula a los hijos para afrontar situaciones exigentes, dentro de sus posibilidades.
Hay acercamiento racional y respetuoso entre padres e hijos; los hijos tendrían conducta deseable, alta autoestima, competencia social, autocontrol y muchos valores sociales.
Afrontan situaciones con confianza.
Permisivo
Padres poco propensos a establecer normas, plantear exigencias o ejercer control sobre su conducta, adaptándose a la necesidad del niño. No piden esfuerzo y son poco exigentes; poco castigos, ausencia de control y aguantan los impulsos de los hijos.
A simple vista son los niños más alegres y vitales, pero son inmaduros y demandantes, incapaces de controlar sus impulsos y poco persistentes en sus tareas. No hay concentración ni esfuerzo.
Autoritarios
Padres|madres que no muestran afecto sus hijos, tienen poco en cuenta sus intereses o posibilidades.
Control, poder y normas impuestas y sin explicar.
Prohibiciones, castigos y amenazas para eliminar conductas y son exigentes.
Los niños tienen baja autoestima, poco autocontrol, mal comportamiento, obedientes y sumisos cuando les mandan y poco hábiles en la relaciones sociales. Conducta agresiva con la ausencia de control y alto nivel de frustración. Se ponen nerviosos si no tienen órdenes.
Indiferente/Negligente
Relaciones con frialdad y distanciamiento, escasa sensibilidad con las necesidades de los niños, ausencia de normas y exigencias y control excesivo no justificado e incoherente. No exigencia y poca implicación emocional.
Los niños tendrán problemas de falta de identidad, baja autoestima, inestabilidad psicológica emocional.
No acatan las normas, poco sensibles a las necesidades de los demás, vulnerables y dependientes y tienen o tendrán conflictos emocionales personales (son propensos).
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